miércoles, 12 de septiembre de 2012

placeser del deporte extremo

Este es uno de los placeres peligrosos en el sentido amplio de la palabra puesto que, al hacerlo, se ponen en riesgo los más variados elementos de la vida, de su integridad física, psicológica, emocional y socio cultural. El placer que generan los deportes extremos, al tener que darse en situaciones de alto peligro, también suponen la presencia de unas determinadas características psicológicas de personalidad, un entrenamiento básico que asegure reacciones adecuadas en las más diversas situaciones y, finalmente, un mundo emocional extraño en el cual, la búsqueda de las situaciones límites, sean parte de una motivación que, a las mayorías de las personas, le harían huir de sus diferentes realidades. Cuando alguien dice que le gusta y que practica algún deporte extremo, probablemente se está frente a una personalidad especial, que se sale de lo convencional.
 
En el placer que generan los deportes extremos, se pueden distinguir con alguna claridad, tres tipos básicos de personalidades que, a través de algunas características específicas, pueden darnos idea del para qué asumen el riesgo como una vía para el placer, dándose desde quienes lo hacen, practicando el deporte con la normativa hasta quienes, precisamente, buscan en forma conciente, quebrar las normas establecidas para hacerlo aún más arriesgado.
Este es uno de los placeres peligrosos en el sentido amplio de la palabra puesto que, al hacerlo, se ponen en riesgo los más variados elementos de la vida, de su integridad física, psicológica, emocional y socio cultural.
 

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